El progreso: la mayor amenaza para la humanidad.
Cuando Volta
consiguió iluminación por incandescencia (hasta producir luz), gracias
al calentamiento de un filamento metálico mediante electricidad
corriente, y posteriormente Thomas Edison mejoró la invención,
seguramente pensaban en hacer la vida más fácil y segura a las
generaciones venideras. Nunca imaginaron que la dependencia (llegando a
ser enfermiza) a la luz, fuera de tal magnitud que destruiría el habitad
de pueblos y el paraíso de miles de especies.

De todos es conocido el “Proyecto Pará”, ese que creó un hospital en el
corazón de la selva Amazonas, dando cobertura sanitaria a las aldeas de
la ribera del XINGÚ. Ahora que estaba punto de cumplir la mayoría de
edad, ese supuesto progreso de las grandes urbes que más bien es el de
los intereses de unos pocos relacionados con la tala de madera y la
construcción de presas, como un tsunami, arrasa con las instalaciones
del Hospital de la “Isla de Los Españoles” con todo lo que conlleva.
La construcción de la presa no ha parado el proyecto que un día inició el filántropo y aventurero José Miguel Ogalla, junto a hombres y mujeres: soñadores y altruistas. Hoy de nuevo es otra vez cuestión de tiempo y dinero; de ilusión y trabajo; esperanza y suerte... que todo vuelva a lucir como todos estos años. Para ello, con más fuerza e ilusión que nunca José Miguel Ogalla ha vuelto a los comienzos, machete y brújula en mano, explorando cada rincón de la selva virgen hasta encontrar la ubicación más propicia para instalar un Hospital, que de nuevo, de servicio sanitario a las pequeñas aldeas que viven en lo más recóndito del Amazonas.
La construcción de la presa no ha parado el proyecto que un día inició el filántropo y aventurero José Miguel Ogalla, junto a hombres y mujeres: soñadores y altruistas. Hoy de nuevo es otra vez cuestión de tiempo y dinero; de ilusión y trabajo; esperanza y suerte... que todo vuelva a lucir como todos estos años. Para ello, con más fuerza e ilusión que nunca José Miguel Ogalla ha vuelto a los comienzos, machete y brújula en mano, explorando cada rincón de la selva virgen hasta encontrar la ubicación más propicia para instalar un Hospital, que de nuevo, de servicio sanitario a las pequeñas aldeas que viven en lo más recóndito del Amazonas.
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