El fuego se puede convertir en la principal diferencia entre permanecer a salvo y sufrir graves lesiones. La sensación tan gratificante que da un buen fuego en la soledad de la noche oscura y fría, lo convierte en un compañero, fiel amigo, aliado que hipnotiza, reforzándonos y aportándonos seguridad, nos provee de luz, calienta protegiéndonos del frío, ahuyenta animales, purifica agua, nos posibilita de endurecer y enderezar madera, transformar minerales, crear útiles básicos, procesar venenos y un largo etc. El fuego formo parte de la vida de nuestros ancestros, sin el hubiese sido difícil la actual situación del hombre en la cadena trófica. Si bien no cabe de mas recordad que también se puede convertir en un mortal enemigo, por eso siempre es necesario mantener unas pautas de control con cualquier tipo de hoguera, si nuestra vida depende de permanecer con un fuego encendido, es primordial de tener a mano medios para controlar el fuego (arena amontonada, agua, escobas de vegetación verde...).
Estos métodos se remontan a la época paleolítica,
época de lentos pero importantes pasos para la evolución humana. Para el fuego
por fricción manual necesitaremos base , taladro y aunque no se necesite
forzosamente para conseguir nuestro objetivo utilizaremos una tablilla o rama
extra. Podemos utilizar esta técnica con maderas de igual densidad y
dureza, aunque lo aconsejable es usar para la base una madera mas blanda que
para el taladro, siendo este orden cambiable,
evitando una desigualdad excesiva ya que entonces acabaríamos perforando
la base fácilmente o rompiendo el taladro en caso de ser demasiado blando. La
experiencia y el tiempo trabajando con ellas nos dará mayor facilidad a la hora
de elegir la correcta combinación. En http://paleoforo.foroes.biz/t442-listado-de-maderas-para-fuego-por-friccion-manual
disponéis de un listado completo de maderas probadas por mi y algunos
compañeros donde encontrareis las distintas combinaciones con éxito
garantizado.
Es importante tener en cuenta algunas referencias básicas, la tabla o base deberá tener una longitud de 25 cm, un ancho de 4 cm y una altura de 12 mm en maderas blandas y 1 cm para maderas duras, están medidas son importantes de mantener por una sencillas razón, si nos encontramos en una zona húmeda bastaría con poner la madera al sol, o introducirla entre nuestra primera capa de ropa y las demás para facilitar que se encuentre seca y con la mínima humedad posible, si las dimensiones son mayores que las expuestas el proceso de secado será mas lento y complicado. El taladro es aconsejable que oscile entre los 40 y 45 cm de largo, con esta longitud conseguimos mantener el giro por mas tiempo, obteniendo con mayor premura la temperatura deseada, el grosor ideal para maderas blandas esta entre los 12 mm a 16 mm, y siendo 12 mm de diámetro para las maderas duras es recomendable no superar estas medidas, de esta manera tendremos la superficie necesaria para que al girar sobre la base, esta friccione correctamente calentando y no solo taladrando. Estas medidas son importantes sobre todo a la hora de la iniciación con esta técnica luego con la experiencia podremos utilizar taladros mas finos o mas gruesos con magníficos resultados.
Otro factor importante a tener en cuenta es la yesca, en mi
escuela de supervivencia no me canso de repetir que si no tenemos una buena
yesca todo el esfuerzo realizado para conseguir las brasas será inútil porque
no obtendremos el preciado fuego. Podemos conseguir yesca en cualquier
situación, si nuestro entorno esta mojado y todos los elementos a simple vistas
parecen estar húmedos, deberemos localizar un palo de madera dura, quitar la corteza y con el filo del cuchillo
o una piedra afilada, raspar la superficie para ir obteniendo fibras interiores
que estarán en mucho mejor estado que las exteriores, acumularemos este
magnifico producto cuidándonos de que no absorban humedad . Para facilitar el
desmenuzado de cualquier tipo de fibra vegetal que vayamos a utilizar podemos
reunir un montón entre las manos y frotando las palmas entre si iremos
obteniendo fibras los mas pequeñas posibles, necesitaremos al menos dos bolas
del grosor de un huevo de gallina, el efecto de frotación facilitara gracias a
el calor que generamos eliminaremos humedad de la yesca, una vez procesada
pasaremos a guardarla en el interior de algún bolsillo cercano a nuestro
cuerpo, protegido de la humedad y nuevamente facilitando que se mantenga en el
correcto estado, este método lo aprendí de los indios Yanomamis, la lluvia en
la selva es abundante, todo esta húmedo y ellos utilizan este método para
conseguir iniciar el fuego. El siguiente objetivo es conseguir un buen nido de
fibras vegetales, similar a los nidos de aves tejedoras, lo podemos crear con
una buena cantidad de materias disponibles en el medio natural, siempre y
cuando estén bien secas, si no repetiremos el proceso anterior pero mayores
proporciones.
Ya poseemos todos los elementos
necesarios para ejecutar esta técnica, a 1 cm de un lado de la base practicamos
una pequeña depresión para que el taladro se ajuste, seguidamente pondremos la
base en el suelo y con la tablilla o rama extra (cortada preferiblemente por la
mitad para mejor apoyo) formaremos una T, como se puede observar en la
fotografía, esta técnica nos permite
minimizar esfuerzos, nos colocaremos de rodillas frente a la T que hemos
formado, pisando la rama con una de las rodillas, presionando de esta manera la
base contra el suelo. Nuestro cuerpo, hombros y brazos quedaran por encima de
la base y al girar el taladro ejecutaremos un 20 % mas de fuerza que si
tuviésemos presionada la base contra el suelo solo con la ayuda de nuestro
cuerpo.
Ya esta todo listo para empezar.
Cogeremos la yesca y la aplastaremos, la situaremos bajo nuestra base en el
centro de la circunferencia y la V recién creada. Volveremos a colocarnos con
la T formada, en la postura anteriormente descrita y empezaremos a girar el
taladro de manera lenta y suave, pero manteniendo suficiente intensidad para
que se vaya calentando las zonas en
fricción, un detalle importante serán las señales acústicas, si empezamos a
emitir un fuerte chirrido, estaremos favoreciendo lo que nosotros denominamos
cristalización de la madera, que no es mas que un excelente pulido que nos
impedirá la correcta formación del serrín y la futura brasa, este chirrido lo
podemos solucionar presionando con mayor intensidad, es cuestión de sentir la
correcta fricción como si estuviésemos lijando la madera, pasadas estas etapas
iniciales deberíamos de empezar a obtener algo de humo, así como de crear un
serrín de polvo fino y color café claro, para mas tarde pasar a ser de un color
café mas oscuro , es importante acumular suficiente serrín y que este no se
mueva del ángulo interior de la V, una vez el color se intensifique llegando a
oscuro casi negro y el tengamos humo, empezaremos a girar a mayor velocidad y
con mas fuerza, en este instante tendremos una temperatura de unos 400ºC,
momento en que el serrín se transformara en una brasa incandescente.
Será el
momento de soltar el taladro, abanicaremos suavemente con nuestra mano,
observando como se forma una pequeña columna de humo que sale del serrín
carbonizado, al retirar la tabla base prestaremos especial cuidado de no
arrastrar o malograr la brasa, dándole un pequeño golpe para dejar liberada la
yesca con la brasa incandescente en su interior. Procederemos a coger la yesca y plegando nuestro nido sobre la brasa,
apoyaremos la yesca fina y procesada sobre el nido previamente preparado
plegando igualmente que la yesca, lo
levantaremos por encima de
nuestra cabeza para que el humo no nos afecte y poder ejercer un soplido suave
y continuo para avivar la brasa, transmitiéndose esta al resto de yesca,
convirtiéndose en llama con la cual poder prender nuestra hoguera.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.