lunes, 25 de abril de 2011

CURSO SUPERVIVENCIA - Fuego por fricción manual


El fuego se puede convertir en la principal diferencia entre permanecer a salvo y sufrir graves lesiones. La sensación tan gratificante que da un buen fuego en la soledad de la noche oscura y fría, lo convierte en un compañero, fiel amigo, aliado que hipnotiza, reforzándonos  y aportándonos seguridad, nos provee de luz, calienta protegiéndonos del frío, ahuyenta animales, purifica agua, nos posibilita de endurecer  y enderezar madera, transformar minerales, crear útiles básicos, procesar venenos y un largo etc. El fuego formo parte de la vida de nuestros ancestros, sin el hubiese sido difícil la actual situación del hombre en la cadena trófica.  Si bien no cabe de mas recordad que también se puede convertir en un mortal enemigo, por eso siempre es necesario mantener unas pautas de control con cualquier tipo de hoguera, si nuestra vida depende de permanecer con un fuego encendido, es primordial de tener a mano medios para controlar el fuego (arena amontonada, agua, escobas de vegetación verde...). 



Estos métodos se remontan a la época paleolítica, época de lentos pero importantes pasos para la evolución humana. Para el fuego por fricción manual necesitaremos base , taladro y aunque no se necesite forzosamente para conseguir nuestro objetivo utilizaremos una tablilla o rama extra.  Podemos utilizar  esta técnica con maderas de igual densidad y dureza, aunque lo aconsejable es usar para la base una madera mas blanda que para el taladro, siendo este orden cambiable,  evitando una desigualdad excesiva ya que entonces acabaríamos perforando la base fácilmente o rompiendo el taladro en caso de ser demasiado blando. La experiencia y el tiempo trabajando con ellas nos dará mayor facilidad a la hora de elegir la correcta combinación. En http://paleoforo.foroes.biz/t442-listado-de-maderas-para-fuego-por-friccion-manual disponéis de un listado completo de maderas probadas por mi y algunos compañeros donde encontrareis las distintas combinaciones con éxito garantizado.


Es importante tener en cuenta algunas referencias básicas, la tabla o base deberá tener una longitud de 25 cm, un ancho de 4 cm y una altura de 12 mm en maderas blandas y 1 cm para maderas duras, están medidas son importantes de mantener por una sencillas razón, si nos encontramos en una zona húmeda bastaría con poner la madera al sol, o introducirla entre nuestra primera capa de ropa y las demás para facilitar que se encuentre seca y con la mínima humedad posible, si las dimensiones son mayores que las expuestas el proceso de secado será mas lento y complicado. El taladro es aconsejable que oscile entre los 40 y 45 cm de largo, con esta longitud conseguimos mantener el giro por mas tiempo, obteniendo con mayor premura la temperatura deseada, el grosor ideal para maderas blandas esta entre los 12 mm a 16 mm, y  siendo 12 mm  de diámetro para las maderas duras es recomendable no superar estas medidas, de esta manera tendremos la superficie necesaria para que al girar sobre la base, esta friccione correctamente calentando y no solo taladrando. Estas medidas son importantes sobre todo a la hora de la iniciación con esta técnica luego con la experiencia podremos utilizar taladros mas finos o mas gruesos con magníficos resultados.



Otro factor importante a tener en cuenta es la yesca, en mi escuela de supervivencia no me canso de repetir que si no tenemos una buena yesca todo el esfuerzo realizado para conseguir las brasas será inútil porque no obtendremos el preciado fuego. Podemos conseguir yesca en cualquier situación, si nuestro entorno esta mojado y todos los elementos a simple vistas parecen estar húmedos, deberemos localizar un palo de madera  dura, quitar la corteza y con el filo del cuchillo o una piedra afilada, raspar la superficie para ir obteniendo fibras interiores que estarán en mucho mejor estado que las exteriores, acumularemos este magnifico producto cuidándonos de que no absorban humedad . Para facilitar el desmenuzado de cualquier tipo de fibra vegetal que vayamos a utilizar podemos reunir un montón entre las manos y frotando las palmas entre si iremos obteniendo fibras los mas pequeñas posibles, necesitaremos al menos dos bolas del grosor de un huevo de gallina, el efecto de frotación facilitara gracias a el calor que generamos eliminaremos humedad de la yesca, una vez procesada pasaremos a guardarla en el interior de algún bolsillo cercano a nuestro cuerpo, protegido de la humedad y nuevamente facilitando que se mantenga en el correcto estado, este método lo aprendí de los indios Yanomamis, la lluvia en la selva es abundante, todo esta húmedo y ellos utilizan este método para conseguir iniciar el fuego. El siguiente objetivo es conseguir un buen nido de fibras vegetales, similar a los nidos de aves tejedoras, lo podemos crear con una buena cantidad de materias disponibles en el medio natural, siempre y cuando estén bien secas, si no repetiremos el proceso anterior pero mayores proporciones.


Ya poseemos todos los elementos necesarios para ejecutar esta técnica, a 1 cm de un lado de la base practicamos una pequeña depresión para que el taladro se ajuste, seguidamente pondremos la base en el suelo y con la tablilla o rama extra (cortada preferiblemente por la mitad para mejor apoyo) formaremos una T, como se puede observar en la fotografía,  esta técnica nos permite minimizar esfuerzos, nos colocaremos de rodillas frente a la T que hemos formado, pisando la rama con una de las rodillas, presionando de esta manera la base contra el suelo. Nuestro cuerpo, hombros y brazos quedaran por encima de la base y al girar el taladro ejecutaremos un 20 % mas de fuerza que si tuviésemos presionada la base contra el suelo solo con la ayuda de nuestro cuerpo.

Una vez colocados empezaremos a ejecutar los giros con el taladro, empujaremos desde la punta superior del taladro hasta 5 cm de la base,  ejerciendo una presión media realizaremos unas seis veces este proceso, pararemos y observaremos la marca que habremos provocado en la base, con nuestro cuchillo, realizaremos una V de unos 60º de apertura delante de la circunferencia, es muy importante esta medida ya que si es menor el aire que tiene que entrar en el interior para oxigenar y facilitar la combustión no realizaría su cometido y no lograremos encender el serrín, una vez realizada realizaremos una raja en el vértice de la V que será el centro del circulo de fricción, podéis verlo mucho mas simple en la secuencia fotográfica.









Ya esta todo listo para empezar. Cogeremos la yesca y la aplastaremos, la situaremos bajo nuestra base en el centro de la circunferencia y la V recién creada. Volveremos a colocarnos con la T formada, en la postura anteriormente descrita y empezaremos a girar el taladro de manera lenta y suave, pero manteniendo suficiente intensidad para que se vaya calentando  las zonas en fricción, un detalle importante serán las señales acústicas, si empezamos a emitir un fuerte chirrido, estaremos favoreciendo lo que nosotros denominamos cristalización de la madera, que no es mas que un excelente pulido que nos impedirá la correcta formación del serrín y la futura brasa, este chirrido lo podemos solucionar presionando con mayor intensidad, es cuestión de sentir la correcta fricción como si estuviésemos lijando la madera, pasadas estas etapas iniciales deberíamos de empezar a obtener algo de humo, así como de crear un serrín de polvo fino y color café claro, para mas tarde pasar a ser de un color café mas oscuro , es importante acumular suficiente serrín y que este no se mueva del ángulo interior de la V, una vez el color se intensifique llegando a oscuro casi negro y el tengamos humo, empezaremos a girar a mayor velocidad y con mas fuerza, en este instante tendremos una temperatura de unos 400ºC, momento en que el serrín se transformara en una brasa incandescente.



 Será el momento de soltar el taladro, abanicaremos suavemente con nuestra mano, observando como se forma una pequeña columna de humo que sale del serrín carbonizado, al retirar la tabla base prestaremos especial cuidado de no arrastrar o malograr la brasa, dándole un pequeño golpe para dejar liberada la yesca con la brasa incandescente en su interior. Procederemos a coger la  yesca y plegando nuestro nido sobre la brasa, apoyaremos la yesca fina y procesada sobre el nido previamente preparado plegando igualmente que la yesca, lo  levantaremos  por encima de nuestra cabeza para que el humo no nos afecte y poder ejercer un soplido suave y continuo para avivar la brasa, transmitiéndose esta al resto de yesca, convirtiéndose en llama con la cual poder prender nuestra hoguera.



El  tiempo que se tarda  desde que empezamos a girar nuestro taladro y obtener el primer serrín es de  unos 90 segundos y para obtener la primera brasa incandescentes aproximadamente unos 30 segundos mas , en 120 segundos tendremos nuestra hoguera si todo el proceso se realiza correctamente .







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